Macerar, marinar y adobar la carne, ¿es lo mismo?
Disponibles en el catálogo diferentes variedades de carne macerada en aceite de oliva

La maceración de alimentos en aceite de oliva se emplea en Europa desde la época de los griegos y los etruscos como método de conservación de productos, principalmente para piezas de caza mayor. Actualmente no existe esta necesidad, pero la técnica sigue vigente, sobre todo en carnes, para mejorar su sabor y textura, incrementar su jugosidad e impregnarla de exquisitos aromas.
En este sentido, este mes el catálogo de Geland brinda la oportunidad de adquirir los siguientes productos macerados en aceite de oliva y con la garantía de que son 100% tiernos: lomo bajo fileteado, solomillo vacuno y pinchos vacuno.
La maceración consiste en poner en remojo un alimento. Normalmente, en aceites o vinagres, zumo de frutas, vino y otras bebidas alcohólicas, para que el alimento se impregne del aroma, reblandezca y, dependiendo del producto, se cocine. No sería el caso de la carne, pero sí el de algunos pescados macerados en vinagre. A menudo los términos macerar y marinar se utilizan indistintamente aunque tienen diferentes matices. El marinado se basa en aromatizar o conservar un alimento mediante su remojo en líquidos aromáticos más condimentados que los de la maceración, para reforzar su sabor o adquieran la textura deseada.
Cuando hablamos de marinar carne -y no pescados o verduras-, normalmente lo denominamos adobo. No obstante, marinar y adobar comparten el mismo proceso e ingredientes, así que pueden ser consideradas la misma técnica.
La gran diferencia entre el macerado y el marinado, entonces, es que cuando maceramos un alimento no necesariamente tenemos que cocinarlo luego, puesto que en algunos casos se consigue curar el producto.